Feliz 2024.
Abusando de mis magras vacaciones, continué un viejo proyecto que tenía atorado:
convertir este sitio en uno estático y eliminar el GeekLog, que todo código
ejecutándose en el servidor y con exposición pública es un motivo de
preocupación.
Pues ahora anuncio lo que llevo hecho, para dedicarme a otros pendientes, y
dejando la invitación a los que quieran colaborar para hacer una correcta
migración.
El repositorio en GitHub es https://github.com/gliborgmx/static-glib
Hago énfasis en los issues abiertos por si alguien quiere hacerse cargo de
alguno de ellos: https://github.com/gliborgmx/static-glib/issues, no duden de
crear nuevos issues si encuentran algo, aunque, claro, los pull requests son más
apreciados.
Pueden ver el estado actual del sitio en https://glib.org.mx/estatico/
Copio y pego el readme
del repositorio:
Históricamente https://glib.org.mx ha usado
GeekLog como manejador de contenidos (CMS). Sin
embargo, mantener un CMS requiere un esfuerzo de administración que actualmente
no considero necesario, tal como actualizar el CMS, estar pendiente de agujeros
de seguridad de la infraestructura que necesita el CMS (PHP, MySQL, etc.). La
tendencia actual a usar generadores estáticos elimina mucho de este trabajo para
el administrador del servidor.
Este repositorio contiene la migración del https://glib.org.mx a un generador
estático en lenguaje Rust conocido como
Zola.
Mi plan es usar únicamente HTML
semántico en las plantillas,
y que todo el formato esté en CSS sin clases, en este caso con Pico
CSS.
El mecanismo para colaborar con artículos está aún por definir, aunque
definitivamente la carga de trabajo se traslada a los colaboradores, ya que debe
saber Markdown/CommonMark para escribir
contenido, y git para compartir sus textos, usando los
mecanismo de integración continua de GitHub.
Los grandes ausentes, por lo menos al comienzo, serán los comentarios, aunque en
un futuro podríamos migrarlos y soportarlos a través de Isso
comments, pero eso hay que discutirlo porque
implicarían retornar a los costos de mantenimiento de software.
Hace unas semanas mi papá me envió un correo diciendo:
Acabo de ver en Netflix una película sobre las criptomonedas y el robo
descarado de 250 millones de dólares.
Esto viene a colación, debido a una declaración de Ricardo Salinas Pliego en
la que declara que las criptomonedas son buenas y él hace su preferencia por
el BITCOIN y que las va a aceptar en sus negocios:
https://www.elfinanciero.com.mx/economia/2022/04/11/bitcoin-alternativa-a-dinero-tradicional/
Así que le envié mi opinión al respecto, que aquí extiendo:
TL;DR: Las criptomonedas, en su estado actual, son un “esquema Ponzi”, una
estafa piramidal.
Gente como Salinas Pliego dicen eso, precisamente, para cubrir su exposición en
bitcoins y salir con un pellizco, chingándose a los pobres pendejos creyentes
que llegan después buscando hacerse ricos, mágicamente, comprándole sus
bitcoins.
Las criptomonedas fueron uno de los subproductos tecno-culturales tras la crisis
del 2008. El dinero fiduciario perdió precisamente su cualidad: nuestra fe en su
valor. Ya no se puede confiar en él. La crisis evidenció cómo los bancos crean
pueden crear dinero de la nada, sólo a partir de deuda que tengan contratada,
operación conocida como multiplicador
monetario. Y si sueltan
créditos hipotecarios sin control, crean dinero sin control, pero si crean
demasiado, no hay problema: el Estado los salva, cubriendo sus pérdidas a cargo
del erario.
Entonces apareció un texto en Internet,
firmado simplemente por un tal Satoshi Nakamoto, de quien no se sabe nada, tal
vez nunca hubo alguien llamado así, describiendo los detalles técnicos de cómo
se podría manejar dinero de manera distribuida y sin confianza entre los
participantes del sistema. Este documento describe dos operaciones básicas: cómo
crear dinero (proof-of-work) y cómo llevar un registro de los movimientos de
dinero de manera “anónima” (blockchain).
A ver si puedo explicar estos conceptos de manera simple. El segundo
(blockchain):
El dinero simplemente es una cantidad asignada a un identificador (un número
grande) conocido como billetera. Una persona real puede tener acceso a una o más
billeteras. Dentro del sistema no hay forma de saber qué billetera está
vinculada a una persona física, y eso parece asombroso. Pero el teatro se cae
cuando uno pide dinero y tiene que decir, públicamente, cuál es su billetera.
Entonces, una operación sería la transferencia de una suma de una billetera a
otra. Eso se escribe, como siempre, en un libro mayor contable. En el caso de
las criptomonedas, al libro mayor se le llama “blockchain”, simplemente para que
suene mamador. Pero es un libro mayor con dos características: 1) sólo se pueden
añadir transacciones, nunca borrar ni modificar; y 2) este libro lo puede copiar
cualquiera en internet.
Ejemplo: alguien compra algo y paga con criptomoneda. Entonces esta operación se
escribe en dos blockchains: el de quien da el dinero y el de quien lo recibe.
Estas personas están vinculadas con otros blockchains en internet que copian
esta misma transacción validando que la misma operación exista en los dos
blockchains afectados.
Supongamos que a mi blockchain le dice otro:
- Que me mandaron 500 criptomonedas de tal billetera.
- ¿En serio? A ver.
Mi blockchain entonces le pregunta al blockchain de la billetera, que
supuestamente le dio esa lana o uno cercano, y le contesta;
- Así es. Mira, todo coincide.
Mi blockchain le dice entonces al primero:
- Perfecto. Ya te lo apunto yo aquí.
Pero, si llega un blockchain con una operación que no está replicada en otros
blockchains, entonces se avisa a todos que ese es un blockchain inválido y ya
nadie le creerá nada.
Hasta aquí todo maravilloso, tienes un sistema de transferencia de dinero
descentralizado (no requieres de bancos, ni de SWIFT, ni de VISA). ¿A quién le
puedes reclamar si te chingan la cartera? A absolutamente a nadie. ¿Qué pasa si
se cae la red por mucho tiempo? ¿Qué pasa si se te borra el disco duro con tu
blockchain y tu billetera? ¿Qué pasa si olvidas la contraseña de tu billetera?
¿Qué pasa si te invalidan tu blockchain sin mala intención de tu parte?
Simplemente te chingas.
La otra operación es cómo crear dinero. Esta es la más compleja y problemática.
La creación de dinero, en un sistema distribuido y sin confianza, es a través de
un algoritmo criptográfico que usa métodos aleatorios y se le llama minería
(porque también suena mamador).
La minería consiste en dejar que tu computadora genere números aleatorios
grandes a lo pendejo. Si el número generado tiene un patrón específico, suena la
sirena y aparecen criptomonedas en tu billetera. Es como ganar la lotería. Todos
los blockchains saben que “tal billetera generó tal número aleatorio que le
produjo tanta lana” porque tu computadora gastó un chingo de tiempo de
procesamiento a lo pendejo (y de energía eléctrica) para producir una cantidad
de criptomonedas.
El algoritmo está diseñado para generar cantidades de dinero variable en el
tiempo: al principio se produce poca criptomoneda porque hay pocos mineros, pero
el patrón ganador es fácil de obtener (por ejemplo, con que tenga un cero al
final, o sea cada diez números producidos ganabas criptomonedas); con respecto
pasa el tiempo hay más participantes en el sistema, y entre más dinero se haya
generado, más difícil es obtener un número, ya que el patrón es cada vez más
difícil de sacar (por ejemplo, seis ceros al final, o sea de cada millón de
números generados, uno genera criptomonedas). El sistema va cambiando el patrón
con respecto a la cantidad total de criptomonedas hay en el sistema, para evitar
el problema del multiplicador monetario.
De entrada aquí ya se ve quién ya ganó: los cabrones que minaron primero. O sea,
el requisito primordial de una estafa piramidal está servido.
Pero ahora viene lo más ojete de todo: la generación de números aleatorios es
una operación computacional costosa, el CPU hace cálculos con números enormes y
eso implica mayor consumo eléctrico y mayor generación de calor por el hardware.
En este momento, el patrón para números aleatorios ganadores es de billones (en
es español, millón de millones). Entonces, si uno se quiere dedicar a minar de
manera que convenga, de poner enormes granjas de computadoras súper potentes
para simplemente generar números aleatorios a lo pendejo, gastando electricidad
y generando calor como si no hubiera cambio climático. Hoy en día, estas
granjas de minería en el mundo consumen más electricidad que países europeos
enteros. Claro, se van a
países donde la electricidad es barata para que les salga a cuentas. Pero,
básicamente, estamos quemando bosques, gas, petróleo, destruyendo el planeta,
para que un puñado de imbéciles tengan un número en la nube.
El dinero es un símbolo del valor. El valor es el trabajo humano dirigido a
producir mercancías útiles para la sociedad. El símbolo dinerario está
respaldado, inicialmente por una mercancía común, oro o plata, y luego por los
impuestos recabados por los Estados (aunque ya nadie les cree ahora). Sin
embargo, el dinero sigue representando el valor de la mercancía, el trabajo
humano dedicado a ella. ¡Acá no! No hay trabajo humano ninguno! no hay
producción de mercancías ninguna! No hay valor por donde se le busque.
Y claro, tenemos a un montón de pobres diablos, metiendo sus ahorros, dinero con
el valor de su trabajo real, para especular en criptomonedas, sin entenderlas
cabalmente, y perdiéndolo todo. El ayudante del albañil que vino a hacer las
reformas de la casa, un chaval de 20 años, con solo preparatoria, me contaba
feliz que había ganado unos euros especulando en bitcoins y que se iba a forrar.
Yo le decía que lo pensara mejor, pero hasta se ofendió. ¡Esas son las víctimas
de hijos de la chingada como Ricardo Salinas Pliego!
Mi posición: El blockchain puede ser interesante para sustituir bancos y cosas
como SWIFT que son usados como armas por la OTAN para joder países como Cuba o
Venezuela. Pero el resto es una estafa que participa de la destrucción ecológica
del mundo.