Grupo Linuxero del Bajío

Minuta Viernes 21 Abril Glir

José Ramón Pérez Villarreal

Así es, el día de hoy, como estaba planeado, se realizaría la junta del GLIr, en la hora y lugar señalado en el wiki del grupo.

Como es costumbre (jeje) me alisté, perjumié, salí a tomar el camión como 5 minutos antes de las 7; por fortuna y para comenzar mal, el móndrigo camionero (no, sorry, creo que era mujer, no tengo nada en contra de ellas, aclarando), ¡no me vio! !siiií!, con la camisa amarilla (friegame la vista que traía), increíble pero así fué.

Para no llegar tarde y perderme de algo, decidí tomar un taxi, llegue exactamente a las 7:05 minutos, respiré profundo… decidí tocar el timbre (aunque note que afuera no estaba el móvil de Jacob, pero bueno, a lo mejor llegaría mas tarde) cuando para mi bienvenida salen despabilados dos perrotototes raza bull terrier cruzada con san bernardo (no tanto, pero de primera vista así parecían) ladrándome para lo que mejor decidí hecharme un pasito para atrás.

Después, amablemente, el papá de Edwin (me imagino que era su papá) me comento que Edwin no se encontraba pero que si quería pasar y esperarlo a lo que accedí y ¡oh sorpresa! al entrar al cuarto de la estancia estaba Francisco, al que saludé.

Pensé y pensamos que no estábamos equivocados y que los demás llegarían más tarde (pero lo mas raro era que el anfitrión no se encontraba =( ).

No hubo problema y estuvimos viendo junto con el papá de Edwin un buen resumen de la copa libertadores en pantalla gigante comentando los goles y las jugadas, pero eso sí, preguntándonos (Francisco y yo): ¿revisaste el sitio?, ¿pero si dijeron que hoy?, ¿entraste a la página?, típicas preguntas de angustia, después de unos 20 minutos de ver jugadas futboleras y comentar como unos expertos (sí, sobre todo, eran comentarios entre dientes pero con suficiente volumen para que escucharan los demás) decidí aceptar que me había equivocado (!mejor dicho no avisarón ni publicaron nada!) y lo mejor sería retirarme, así es que lo dije, a lo que Francisco también estuvo de acuerdo, agradeciendo al papá de Edwin la atención y hospitalidad.

Caminé rumbo a la puerta y para acabar mejor el día al momento de abrir la puerta y despedirme, ¡pum! como por arte de magia, se activaron los guardianes y comenzaron a ladrarnos, hasta que el más grande de ellos me dio una mordida y unas rasguñadas que casi me arrancan parte del buen chamorro que tengo (¡eso es baby!).

Así es que Edwin, espero que tus guardianes no tengan rabia porque si no para desquitar mi ira tendré que sacrificarloss (jajajaja), y agarré destino a mi casa como dice el dicho, “como perro con la cola entre las patas”. =)

Que buena junta, pero mejor que bonito día…

Saludos a los integrantes del Glir.