Grupo Linuxero del Bajío

Communication skills

Víctor Manuel Jáquez Leal

Recuerdo en mi años en el Tecno de Celaya, discutir saliendo de las pocas clases no ingenieriles, sobre lo inútil que eran esos tópicos para un ingeniero. Teníamos la idílica imagen del ingeniero, encerrado en su mundo, aislado, incomunicado, resolviendo en su mente problemas, optimizando procesos, innovando productos, y al momento de presentarlos ante la sociedad, estos generarían aplausos, ovaciones y rostros desencajados por el asombro y la envidia.

Es más, hace poco, un primo mío que estudia ingeniería mecánica expresaba esto mismo, quejándose amargamente de su asignatura de redacción.

Pero esta mentalidad sólo la puedo entender y perdonar en un imberbe aspirante a ingeniero, en un ingenuo rapaz cuya visión del mundo sea únicamente a través de lo que le han enseñado en escuelas mediocres y padres bienintencionados pero arrastrando una igual educación: fábulas de héroes míticos.

Llevo un tiempo siguiendo una de las tantas listas de correo del kernel, y me asombra la cantidad y la calidad de código que se somete a revisión por ese medio, las apasionadas discusiones que ahí se encienden y las centradas pero pragmáticas soluciones a las que se llega. Y el kernel es sólo una muestra del conjunto de productos de alta sofisticación tecnológica.

No, el ingeniero solitario no existe: todo el avance científico/tecnológico actualmente sólo ocurre en comunidad. Y el trabajo en comunidad exige más habilidades que la de solamente aplicar la ciencias exactas y esperar a la inspiración. El quehacer científico/tecnológico demanda, además, habilidades de comunicación, y no sólo en tu lengua materna, sino también en inglés, al menos.

El principal problema de las comunidades es la relación señal/ruido (SNR por su siglas en inglés). La señal es toda aquella información a transmitir, lo importante, la razón de la comunicación y el ruido es todo aquello que corrompe a la señal. En una comunidad se espera el desarrollo de un artefacto, y la discusión está subordinada a este objetivo. Lo esperado es que la información generada contribuya a la mejora del artefacto en cuestión. Pero cuando los miembros de esta comunidad no saben expresarse correctamente, no saben transmitir sus ideas, no son capaces de ensamblar sus pensamientos dentro del cajón de las palabras, únicamente generan ruido. Y el ruido va en detrimento del proyecto.

Las habilidades de comunicación no se adquieren por gracia divina, ni son innatas, requieren cultivarse, implican ejercicio y disciplina. Es necesario el estudio y el disfrute de la redacción, del aprender otros idiomas, de interesarse por las etimologías, de escribir mucho y leer muchísimo más.

Transmitir lo que se quiere decir, con las palabras exactas, ni una más y una menos. Ese es el propósito buscado. Contribuir a la disminución del ruido.

Así que la próxima vez que alguien me diga que no necesita de tópicos de redacción o humanidades, inmediatamente lo tacharé de mi mente como alguien con quien merezca la pena colaborar profesionalmente.