Grupo Linuxero del Bajío

No creo en milagros, dependo de ellos

Víctor Manuel Jáquez Leal

Los que vieron mi último mensaje en mi blog sabrán que el viernes pasado tuve a bien corromper la tabla de particiones de mi computadora de la oficina. Haciendo una rápida revisión de los hechos, el gatillo de lo sucedido fue intentar reducir el espacio en disco que ocupaba la partición de Windows XP. Sandino me pasó un disco de instalación de Ubuntu Feisty para jugar con el gparted. Una vez arrancado el Ubuntu en RAM, monté mi partición de Linux con ReiserFS para revisar algunas cosas y procedí a reorganizar las particiones de mi disco duro. Cuando me pareció que estaba todo correcto, mandé ejecutar las operaciones necesarias para el reparticionado… ¡pero con mi disco aun montado!

Cuando me percaté del error, el daño estaba hecho: mi tabla de particiones se había corrompido.

Caí en pánico. Me estaba hiperventilando. Me sentí estúpido. Y mis compañeros de trabajo alrededor de mi, no sintiendo lástima y compasión, sino chanceándome de mi infortunio: “iiiih… ¡y el lunes hay inspección de seguridad!”, “pero Gentoo lo puedes instalar en dos minutos ¿no?” , “al menos puedes utilizar el distfiles de antena… ¡pero no tiene nada de X instalado!”, y dulzuras por el estilo.

Como acto de desesperación me puse a montar las unidades antes de rebootear y pude montar mi disco raíz indicándole el tipo de sistema de archivos utilizado, por que el kernel creía que era la partición swap. Cuando vi mis archivos me relajé. Así que utilizando el viejo truco del tar y el netcat me puse a respaldar remotamente todo mi sistema de archivos. Tuve que hacerlo por partes porque no encontré donde meterlo todo junto. Un pedazo se fue al servidor de testing, otro al de gstreamer. Dejé corriendo el respaldo y me fui a cenar algo rico para quitarme el mal sabor de boca.

Hoy, sábado, regresé a la oficina para intentar hacer la operación de rescate, pero ya más bien resignado a reinstalar todo mi Linux, y hasta contemplando la opción de instalar Ubuntu en lugar de Gentoo.

Al reiniciar la computadora, me doy cuenta que el Grub inmediatamente dio cuenta de lo corrupto de la tabla de particiones y se nego a ejecutarse. Volví a iniciar con el disco de Ubuntu. Me puse a googlear sobre tablas de particiones. Poco rato después me puse a leer una discusión en un foro de Ubuntu, donde un chango preguntaba como recuperar su tabla de particiones y le recomendaban un programita: TestDisk.

Utilizando mi giga en RAM instalé por apt-get dicho programita, previamente activando el repositorio de universe. Sin leer documentación y con fe ciega me limité a activar la opción de analizar y luego reparar. Nada raro apareció. Corrí el cfdisk y ya no me mostró el error que indicaba la corrupción de la tabla de particiones. ¡Había una oportunidad de salvación!

Reinicié ¡el Grub apareció! Arranqué Linux… ¡y obtuve shell!, reinicié para entrar a Windows… ¡y entró sin problemas!

Gracias a Ubuntu y a TestDisk tengo mi Gento cantando y bailando alegremente.