Grupo Linuxero del Bajío

Software libre en el gobierno

moyses

A los gobiernos les gusta el software libre, pero a Microsoft no.

Bueno, el presente artículo no es propiamente reciente pero me pareció interesante y pues me puse a traducir el artículo completo, y aquí lo comparto con ustedes, he tratado de apegarme al máximo al texto original y no hacer traducción estilo película subtitulada. Saludos!

El artículo apareció en la edición impresa de la revista The Economist el 11 de Septiembre del 2003.

MICROSOFT EN EL PUNTO DE PODER Sep 11th 2003

En Mayo, la ciudad de Munich decidió retirar el Microsoft Windows de sus 14,000 computadoras utilizadas por el gobierno local en favor de Linux, un sistema operativo del tipo software libre. Aunque el contrato fue por modestos 35,000 dólares, el director de Microsoft Steve Ballmer, interrumpió sus vacaciones en Suiza para visitar Munich y cabildear esta situación. Microsoft incluso redujo sus precios para igual aquellos ofrecidos por Linux, algo verdaderamente importante de señalar debido a que Linux es esencialmente gratuito y los usuarios meramente adquieren los servicios de soporte.

Pero el gigante de software aun así perdió. Los oficiales de la ciudad dijeron que la decisión fue una cuestión de principios: el municipio deseaba tener control sobre el destino de la tecnología a utilizar. No deseaban dejar el funcionamiento del gobierno en manos de un vendedor comercial propietario, el cual rinde cuentas a accionistas en lugar de hacerlo con los ciudadanos.

Algo preocupante para Microsoft, es que la ciudad de Munich no está sola en esta visión. En todo el mundo, los gobiernos están volteando a ver el software libre, el cual a diferencia del software propietario, permite a los usuarios inspeccionar, modificar y redistribuir libremente las instrucciones que utiliza el programa. Existen casos donde agencias estatales y nacionales han legislado para dar preferencia al software libre. Brazil por ejemplo, está preparando una recomendación para que todas las agencias y empresas del estado compren únicamente software libre

Otros países están promoviendo iniciativas para brindar derechos preferentes al software libre. China ha estado trabajando en la versión local de Linux por años, teniendo como raíces el nacionalismo de la autosuficiencia, la seguridad y el evitar ser sumamente dependientes de un solo proveedor. Los políticos en la india han llamado a su basto ejército de programadores para que desarrollen productos open source por las mismas razones. Este mes, Japón, dijo que podría colaborar con China y Korea del Sur para desarrollar alternativas en software libre a los sistemas de Microsoft. Japón ha decidido dirigir un billón de yenes para este proyecto.

¿A qué se debe todo este alboroto? Los gobiernos modernos generan un basto número de archivos digitales. Desde certificados de nacimiento, de impuestos y registros criminales de DNA, los documentos deben poder almacenarse a perpetuidad. Así que los gobiernos están renuentes a guardar los registros oficiales en formatos propietarios comerciales. Esta preocupación solamente aumenta a medida que los servicios del e-gobierno, tales como el pago de los impuestos o el aplicar por una licencia de conducir gana adeptos. En el caso de Microsott, las fallas en cuestiones de seguridad, tales como el reciente virus Blaster y el Sobig, también son una causa de preocupación.

Las compras del gobierno en todo el mundo totalizaron casi 17 billones en 2002, y se estima que crecerá aproximadamente 9% anualmente por los próximos 5 años de acuerdo a IDC, una firma de investigación de mercados. Microsoft controla una pequeña porción de todo este mercado, con ventas aproximadas a los gobiernos de alrededor de 2.8 billones. Pero es un mercado crucial, debido a que cuando un gobierno opta por una tecnología en particular, los ciudadanos y los negocios que lidian con el gobierno usualmente tienen que alinearse. En un ejemplo notable, el departamento de defensa de USA adoptó el protocolo de Internet como su protocolo estándar, forzando a los contratistas a utilizarlo, lo cual creó un enorme mercado para los productos compatibles con Internet. Sin duda alguna, Microsoft se siente amenazado, el matrimonio entre el software libre y el gobierno pueden llegar a ser su talón de Aquiles.

A los legisladores les gusta el software libre por muchas razones. En teoría, la transparencia aumenta la seguridad debido a que las puertas traseras utilizadas por los hackers pueden ser expuestas y los programadores pueden rastrear estos problemas y corregirlos en el código. El software también puede ser adaptado a necesidades específicas y puede actualizarse al ritmo que el usuario desee y no cuando lo decida el vendedor.

El modelo de software libre de apertura y colaboración ha producido software de verdadera excelencia que es ciertamente equiparable con sus contrapartes propietarias. Por supuesto, en este caso no existe el riesgo de estar dependiente a un solo vendedor.

Dicho esto, el software libre no es la panacea. Hay algunas áreas en las cuales el software propietario está muy por encima del software libre. Oracle, la segunda compañía más grande de software, no necesita preocuparse (aún no) que los gobiernos cambien a alternativas de software libre sus bases de datos. Pero Microsoft es vulnerable, debido a que existe un rival a su sistema operativo Windows en la forma de Linux.

Si Microsoft es expulsado del sector gobierno por el software libre, tres grupos se beneficiarían de esto: las empresas grandes de consultoría y los integradores de sistemas, tales como IBM, los cuales serían consultados y requeridos para instalar productos alternos. Firmas tales como Red Hat o Novell, quienes venden productos y servicios basados en Linux. Y por último, numerosas pequeñas empresas y firmas de tecnología que pueden adaptar los productos de software libre a los usuarios gubernamentales.

Como resultado de esto, Microsoft está en pie de lucha y sus aliados han buscado desacreditar el software libre, sugiriendo que su naturaleza de apertura lo hace ser inseguro y vulnerable al terrorismo. La empresa ha creado un fondo que permite ofrecer grandes descuentos que aseguren no perder ventas en el gobierno contra Linux en base al precio. Del mismo modo, Microsoft ha pagado una serie de estudios, el último de los cuales apareció esta semana en el cual invariablemente en aplicaciones específicas Windows resulta ser menos costoso que Linux.

De manera notoria, Microsoft ha estado imitando el estilo de la comunidad del software libre. El año pasado, la empresa lanzó “código compartido”, una iniciativa que permite a determinados gobiernos y grandes clientes corporativos ganar acceso a la mayor parte del código de Windows, más sin embargo no permite su modificación. Esto tiene como intención, en parte, aminorar los temores de los gobiernos extranjeros que temen que Windows contenga hoyos de seguridad. Microsoft también ha puesto ha disposición de algunas porciones del código fuente de Windows CE, e lcual corre en las computadoras de mano y teléfonos móviles, para permitir a los programadores optimizar sus desarrollos. En este caso Microsoft está lejos de ser el líder de este mercado.

Jason Matusow, el administrador de Microsoft para el programa “Código compartido”, dice que el desarrollo de software implica liderazgo y un enorme entendimiento de las necesidades de los usuarios. En ambas áreas el software propietario sobresale. En cuanto a las legislaciones que pretenden establecer una preferencia hacia un determinado tipo de software sobre otro, Robert Kramer, director ejecutivo de la iniciativa para la opción del software, un grupo respaldado por Microsoft, afirma que es anti-competitivo y podría dejar a los usuarios atados a productos que no sean los mejores para sus necesidades específicas. Microsoft dará a conocer esta visión la próxima semana en Roma, donde estará realizando la última de una serie de conferencias para líderes del gobierno. Sin embargo, hay señales de que muchos de ellos ya han tomado una decisión respecto a este tema.